lunes, 30 de mayo de 2011

Un dia pez, otro no.......


Después del 18 de abril, en el que saque la lubina de mis sueños, únicamente he podido ir a pescar desde costa en cuatro ocasiones, la primera y la segunda junto a Jon de“Jonpesca.blogspot.com”, con el objetivo de sacar alguna lubina, el primer día prometía, con la mar bonita, sin algas y la playa para nosotros solos. Al de poco de lanzar, se produjo una picada que no se clavo, pero nos puso las pilas y justo en el repunte de la pleamar, me fijo en una de mis cañas que esta destensada. Según tenso, doy el cachete y noto pescado, pero no demasiado grande, una buena mojarra de tres cuartos de kilo que no se como ha hecho para clavarse el anzuelo destinado a la lubina y que casi no le entra en la boca.
Continuamos la jornada sin que nuestras queridas lubinas dieran la cara hasta que en una de mis cañas veo una preciosa picada, según clavo noto un buen pez y ya con la emoción de sacar una lubina, aparece en la orilla un mojarron de los gordos, que a la postre seria la ultima captura de la noche ya que la lluvia empezó a mojarnos al de poco, decidiendo así recoger y dar por terminado el intento lubinero fallido, el segundo de este año juntos, y como se suele decir que no hay dos sin tres, unos días mas tarde en nuestro tercer intento en pareja del 2011, nos fuimos para casa de vacío, pero esta vez sin tan siquiera una picada en toda la jornada, “pa llorar”.

Como no solo de lubinas vive el pescador de surfcasting, después del desastre personal, de este invierno en mis intentos de pescar alguna dorada, me alíe junto a Manu y Jokin “corrientescantabricas. blogspot.com” para intentar pescar alguna doradita en la playa.
Compramos unos americanos y unas titas., al de poco de llegar una mojarrilla mediokilera se prendió en una de mis cañas, pero después la inactividad de siempre, ni picada ninguno, el aburrimiento me hizo dar un paseito por la orilla de la playa, y justo como si me estuviera esperando, un cangrejo en la orilla., no pude resistirme y lo puse de carnada, algo a lo que también se apuntaron mis compañeros, así que mientras estaba con Jokin buscando por la orilla alguno mas, se produjo el milagro “la picada”.
Con el cebo en cuestión, no hay dudas de lo que tienes prendido del otro lado del sedal, pero en este caso la picada y la forma de pelear no dejaba la mas mínima duda de que era una dorada, hacia tanto tiempo que no sacaba una decente, que se me estaba olvidando lo bonito que es sacar estos peces.
Después de esto mi compañero Manu y yo, hemos intentado pescar otro día mas en la playa pero las algas nos invitaron a que dejásemos a los pocos peces que hay tranquilos.
Así que esto es la pesca para nosotros, altibajos que muchas veces nos dejan temporadas de 15 días sin notar un pez, ya que no podemos ir todo lo que nos gustaría por los compromisos laborales y familiares, aun así el mero echo de estar con un amigo a la orilla del mar siempre compensa el esfuerzo.

lunes, 2 de mayo de 2011

Ocho kilos de alegria


Vaya año, después de un largo mes sin pisar arena harto de la escasez de capturas, decido ir con Manu a por lubinas, nuestra arma secreta, jibia fresca que me han regalado en el náutico de Laredo “ muchas gracias Zali”. Vamos con tiempo por lo que el pesquero lo miramos con detenimiento, incluso le llamo por teléfono a mi amigo Pete, que conoce mejor que yo la playa y elegimos la puesta.
Media marea bajando y nada mas montar, un huracán de oeste que prácticamente ni nos deja pescar, incluso me pasa por la cabeza recoger y marcharnos, pero si algo hemos aprendido en este año tan malo es a sufrir, y milagrosamente cuando anocheció del todo, el viento fue disminuyendo paulatinamente hasta desaparecer.
La mar perfecta, en su punto, únicamente hay algo de alga pero deja pescar, quizás me moleste mas una luna llena que alumbra como un farol, pero unas nubes están por hacernos el favor de taparla casi en todo momento, según baja el agua me voy dando cuenta de mi error y del acierto de mi compañero, mi puesto con olas que rompían fuerte en la orilla incluso salpicando espuma hacia arriba y el suyo a mis ojos se tornaba como el paraíso, con olas tendidas y en el desalojo de una preciosa poza que no vi a media marea. Yo con toda mi ilusión y Manu repitiéndome una y otra vez que esa noche no pescábamos lubinas, a lo que le acabe respondiendo que no es que la fuéramos a pescar, sino que seguro que la sacaba el.
Como me fastidian los adivinos, pero el grito y la risa nerviosa de mi socio esa noche, justo en el repunte de bajamar significaba que había acertado, no puedo decir que no me alegrara incluso mas que si la hubiera sacado yo, seguramente porque Manu llevaba un largo tiempo de gafe con ellas.

El pez precioso, una lubina muy bonita, le dio buena picada y en la orilla batallo bien, además supuso el inicio de una actividad frenética en su puesto, ya que a 50 metros yo ni picada, seguramente los sargos le fastidiarían alguna que otra lubina, pero pincho un par de ellos buenos, uno de kilo pasado y otro de tres cuartos que según desanzuelo lo tiro por donde vino.

Estaba moralmente tocado, pero no se porque recogí las cañas, eche a andar y a unos trescientos metros vi una puesta que me gusto, pero necesitaba agua, no había calado, me toco esperar una hora con las cañas en seco, y finalmente lance en un sitio que estaba realmente a gusto, mientras Manu ya estaba cansado y pensando en plegar y marchar. Cuando fui a cambiar el cebo, me di cuenta de que ya casi no quedaba, así que puse las ultimas tiras de jibia con el máximo mimo e ilusión.
A las tres de la mañana, por fin me di por vencido y comencé a recoger una caña, ya que Manu tenia las dos desmontadas, pero mientras desmontaba el carrete me pareció oír algo parecido a un silbido, fue entonces cuando se me ocurrió mirar la otra caña y comprobar que estaba totalmente en escuadra.
El corazón se me puso a mil por hora, la picada era brutal, salí corriendo puse la mano frenando la bobina y clave, tras lo cual el pez continuo unos 10 eternos segundos sacando hilo, tras eso me tranquilice ya que mi primera idea fue una gran raya al otro lado del hilo.
 Cuando ya llevaba aproximadamente unas treinta o cuarenta vueltas de manivela arrastrando un peso muerto enorme, otra tremenda arrancada que me sorprendió y ya mas cerca de la orilla empezaron unas potentes cabezadas que me hacían pensar en un pez de tamaño importante, descartando la idea de la raya.

Me aleje de la orilla unos 15 metros, ya que en el nudo de la cola de rata se quedaban algas y muchas veces se atascan en la anilla de la puntera no dejándote recoger línea, notando las cabezadas del pez al que prácticamente notaba vencido, pero llegaba un momento que me resultaba imposible recuperar línea, después de un rato que se me hizo interminable, decidí encender la linterna frontal y entonces vi entre las olitas de la orilla, una boca abierta descomunal y la cola del pez mayor que he visto en la playa, comprendiendo que no podía recuperar línea porque se varaba en unos 25 cm. de agua.

La primera reacción fue gritarle a mi compañero pidiendo ayuda, pero la distancia y las olas me hicieron desistir pronto, entonces opte por el sprin hacia el pescado, con tan mala suerte que según llegaba entro una ola, pero entre la espuma intuí las ondulaciones en el agua de un pez nadando, metí rápidamente la mano y lo agarre por las agallas.
Según se retiraba la espuma de la ola, empece a percatarme de su tamaño, la anchura del animal de prácticamente palmo y medio me dejo impresionado.

Cuando mi compañero Manu llego, le espere de rodillas, con la caña en una mano y la lubina en la otra, el gesto de su cara lo decía todo, no recuerdo bien lo que le dije en ese momento pero justo después lo que le comente es que me temblaban las piernas.

Se había terminado el día de pesca, en el morral Manu y yo teníamos unos 12 kilos de pescado en tres peces, seguramente recordaremos mucho tiempo esa noche, lo único que verdaderamente lo podría haber mejorado es que nos hubiera acompañado nuestro amigo Juan Urrutia “Marrajo” al que tenemos pachucho y le deseamos una pronta recuperación, va por ti compañero.......

lubina: 8 kg y 92 cm.
Caña: Daiwa tournament caster 4,25 30
Carrete: Daiwa tournament basia air 45 QD
Linea carrete: 0.26 sakuma nite cristal
Bajo de linea: 2 m. de seaguar fxr de 0.40 y anzuelo sasame superx del 6/0