Ya son unas cuantas salidas. Eso si, no muchas, y con un inicio muy poco prometedor.
Los dos primeros días únicamente alguna cabra fue pinchada y dos picadas curiosas, de las que nos dejan mosca un rato pensando quien se ha comido el señuelo, que será......
Pero al tercer día, me junte con mi amuleto de la suerte, Pete alias el monstruo de los vinilos, salimos con Roberto, en su barco y la verdad es que desde un principio me encontré muy agusto con el, prácticamente sin conocernos descubrimos rápidamente que padecíamos la misma enfermedad degenerativa “ vinilitis aguda” y eso es algo que une muy rápidamente, junto a nosotros tres, también embarco mi señor padre “el capitán” así que con los cuatro fantásticos abordo, pusimos rumbo a la mar, para coger el amanecer en la zona de pesca.
Aunque parezca un peloteo, tengo que decir que me alucina ver como trabaja en un bajo Pete, es una gran ventaja para pescar con los vinilos, que las derivas sean buenas y cuando este demonio de la pesca se pone a los mandos de un barco, puedes tener la total tranquilidad de que se están haciendo bien las cosas, en esta pesca la pericia del patrón es el 90% del éxito.
Cuando ya teníamos la mitad del sol en la línea del horizonte, se me ocurrió meter un sandeel de savage gear de 65 gramitos en color glow, nada mas lanzarlo y empezar a trabajar con el, le ofreci la caña a Pete.
Nada mas que agarro la caña y le dio un par de meneos, esta se doblo repentinamente, empezando así una pelea con un pescado no muy grande pero si muy nervioso, al de poco apareció del fondo una preciosa serviolita, un pez que cada día vemos mas en aguas cantabricas, esperemos encontrarnos algún día con una de las gordas.
Seguimos la mañana, y en un momento dado mientras hablaba con Roberto de nuestras extensas colecciones de vinilos me enseño una gomita de la que quede prendado, la sawamura one up shad de 6”, yo la tenia en 5” y la verdad es que no podía meterle pesos importantes. Rober me ofreció una, así que no dude ni un instante en montarla con una cabeza de 40 gr. winner shad de delalande, dicho y echo, en el primer lance, según noto que llegó al fondo, en el primer tirón que le di ya estaba enganchado con un pescado, no tiraba prácticamente nada, solo era un peso muerto, finalmente resulto ser un cabracho muy chulo.
Según avanzaba la mañana, las expectativas de pescar alguna lubina desaparecían lentamente, fuimos tocando marca por marca, sin ningún tipo de resultado, ya con el sol muy en lo alto Pete dijo la frase que mas se escucho esa mañana “cañas arriba, vamos a probar en otra marca”. Mientras recogíamos todos a toda velocidad , a medias aguas la caña de Roberto se paro en seco, y parecía un buen pescado por la picada, en vez de tirar para el fondo subió arriba a pelear, por lo que de inmediato supimos que era lubina, ya cerca del barco nos deleito a todos con unas preciosas arrancadas.
Finalmente Pete metió en la sacadera una lubina de porte y librea preciosa ”la foto que abre esta entrada”.
Después de esto intentamos pescar en mas agua, pero no se produjo ninguna picada mas, ya de regreso a puerto en una marca que pillaba de camino, me paso lo de siempre, un picadon que acaba con medio vinilo arrancado, aun así no puedo negar que lo pase de maravilla y aprovecho la ocasión para agradecerle a Roberto que nos invitara a su barco a mi padre y a mi, que sepas que cuando quieras venir con nosotros, estaremos encantados de que embarques.
En dos intentos sucesivos, no hemos sacado nada de mención con las gomas, pero como se suele decir a la tercera va la vencida “una regla que parece cumplirse este año con esta modalidad” salí con Juantxo en su barco junto a dos amigos mas, Ubaldo y Gorka, llegamos a la zona de pesca de noche, y nada mas empezar a pescar comenzó un festival de picadas y lubinas, Gorka abrió la mañana con un ejemplar de kilo pasado y poco a poco todos fuimos sacando nuestra ración, por su tamaño soltamos muchos peces, aunque practicablemente todas tenían la medida; algunas por su voracidad tragaban tanto el vinilo que no se podían soltar ya que estaban muy tocadas, cuando decidimos dejarlo teníamos en el cubo 15 lubinas de entre 700 gramos y 1,5 kilos, ciertamente no se clavo ninguna grande pero lo pasamos muy bien, mientras uno manejaba el barco tres pescábamos y así nos estuvimos turnando hasta que paramos.
Después de esto decidimos fondearnos un ratito, y pescamos unos buenos aligotes y mojarras, hasta que las bogas aparecieron por lo que no parábamos de sacar este incomodo pez, así que por esto y porque el amigo Gorka tenia algún pequeño síntoma de mareo dimos por terminada una jornada en la que disfrute de los peces y la compañía, muchas gracias Juantxo!!!!
Continuando con esta costumbre de embarcarme en los barcos de los amigos, esta semana pasada quede con Ander, que ha comprado hace poco una Hidra 22 CC un autentico barcazo, en teoría únicamente quedamos para mirar el equipo y charlar un rato ya que serian las 20:30 pasadas, pero ya se sabe que los pescadores muchas veces nos calentamos, así que salimos disparados a intentarlo, el barco me dejo muy impresionado ya que con una mar de fondo de entorno a 1.5 metros navegábamos a unos 28 nudos sin practicamente dar pantocazos y lo mas increíble no embarcaba ni una gota de agua con la mar de trabes y un viento norte de unos 12-15 nudos aproximadamente.
Llegamos a una zona que prometía, y efectivamente al de poco ya teníamos alguna lubina enganchada, como viene siendo habitual este año la mayoría las soltamos aun teniendo la medida sobradamente, en 45 minutos de pesca sacamos unos 15 peces de los cuales únicamente matamos 4 una de ellas de un tamaño muy majo, siendo el primer día que íbamos juntos a pescar Ander me decía, que estaba alucinando con los vinilos, pero ya me apresure yo a decirle que eso no pasa todos los días.
Disfrutamos mucho los dos, fue una pesca corta pero intensa y lo mas seguro, la primera de muchas que afrontaremos en compañía, un autentico placer pescar al lado de este fenomenal pescador, muchas gracias Ander.