Hacia tiempo que Miguel me calentaba los cascos con el tema del campeonato de bahía, siempre que salíamos a doradas, me decía lo mismo: "como en otros años, en los que te he ganado este te voy a machacar, te voy a doblar en peso.........."
y así fue pasando el año hasta que a mediados de agosto llego la fecha señalada, y a las seis de la mañana estabamos desayunando todos los participantes en el club, aunque realmente para Miguel y para mi esto se trataba de un reto entre ambos, en mi barco el equipo que me acompañaba era mi padre "el capitán" y mi arma secreta Pete y en el Marin "el barco de Miguel" un amíguete que tenemos en común Nacho Solis y el terror de los peces Borjita el Piraña.
He de reconocer que me sorprendió el fairplay de Miguel, ya que me espero en la bocana del puerto y me acompaño dúrate el viaje al pesquero, siendo su barco mucho mas rápido que el mío.
A primera hora las picadas eran muy esporádicas, así que la táctica que decidimos usar fue la de buscar el pescado con la sonda, y si en 10 min. no teníamos picadas cambiar de lugar, en cambio Miguel se dedico ha realizar esperas mucho mas largas en los sitios en los que fondeo, por lo que casi tengo la absoluta seguridad de que a medio campeonato Miguel nos sacaba unos cuantos kilos de ventaja, hasta que por fin el capitán a falta de dos horas para el fin del campeonato encontró el pescado, y Pete y yo nos pusimos a sacar brecas como locos, fue una hora y media de verdadera locura, hubo rachas en las que no entraban francas al cebo, pero la pericia de Pete, que con mucha suavidad les movía el cebo hizo que consiguiéramos seguir metiendo pescado sin parar. Finalmente y a falta de media hora pararon en seco las picadas así que con casi la absoluta seguridad de que teníamos el campeonato en la mano, nos fondeamos pegados a Miguel para avivar el pique entre ambos y así entre gritos, risas y alguna que otra breca que íbamos sacando los dos barcos se acabo un campeonato en el que independientemente del resultado lo pasamos muy bien todos los participantes.
Una vez el puerto, en cuanto pude fui a ver la pesca de Miguel y tengo que reconocer que me quede alucinado de la cantidad de pescado que tenia, por lo que pasara lo que pasara el resultado entre ambos iba a ser muy reñido, la gente que miraba las dos cestas aseguraba que Miguel tenia un poco mas de pescado que nosotros pero lo que quedaba claro es que el vencedor solo podía ser uno de nosotros dos, ya que el resto de participantes apenas tenia la mitad de pescado que nosotros.
Finalmente la bascula nos despejo las dudas, Miguel y su equipo metió al rededor de 50 piezas y un peso de 19.3 kilogramos y nosotros unas 60 piezas y 22.3 kilogramos.
La tripulación del Marin y sobre todo Miguel se quedo muy sorprendida de que les hubiéramos ganado ya que nos vieron levantar el arpeo en tantas ocasiones que pensaron que se nos estaba dando muy mal, pero enseguida nos felicitaron muy deportivamente y nos advirtieron de que el año que viene nos preparemos porque lo iban a dar todo en el campeonato, no me cabe la menor duda de que como en este año necesitaremos un poquito de suerte si les queremos ganar de nuevo.
Aprovecho también la ocasión para felicitar a Carlos Roig, delegado de pesca del R.C.N.Laredo por la organización del evento y haber conseguido la pieza mayor en el mismo, una raya de 1.5 Kg.