domingo, 10 de octubre de 2010

En Tenerife con Sailfisher


Llego el momento y junto a Manu y nuestras respectivas familias, tocaba un merecido descanso y como en otros años el lugar elegido ha sido Tenerife, mas en concreto la zona sur de la isla.
Así que no hemos podido menos que visitar a nuestros amigos de Sailfisher Leo y Carlos, Leo con una larga experiencia como capitán en charters de pesca en Canarias y al otro lado del charco, es un verdadero artista del Big game, pero también tiene sobrado conocimiento de otras modalidades como la pesca en gran fondo y el jigging, y si a esto le añadimos un marinero como Carlos, junto con el que tienen a sus espaldas capturas de marlines de ensueño, grandes atunes, tremendas chernas, medregales y preciosas samas canarias, tenemos un tándem de pescadores con una profesionalidad a prueba de toda duda y lo mas importante personas con las que da gusto pescar por su sencillez, educación y simpatía.
Al llegar a puerto Colon, mientras Manu y yo tomábamos algo con ellos y hablamos de pesca, nos comentaron que estaban saliendo bonitos listados, y aun teniendo la agenda muy apretada "agosto es temporada alta", nos hicieron un hueco para salir a pescar.
Por la mañana temprano, quedamos en el puerto y zarpamos, Carlos preparo el equipo a una velocidad increíble y Leo con la mirada clavada en el horizonte buscaba la señal mas clara de la actividad de los listados, las pajareras.

No tardamos mucho en conseguir la primera picada, de la que fui yo el encargado de sacar el pescado,
el listado pese a ser un tunido menor, compensa su falta de tamaño con una combatividad extraordinaria.
La pesca se nos complico un poco, ya que por la zona empezaron a trabajar varias embarcaciones de profesionales con "bamba" esta modalidad se realiza con peces vivos, una cortina de agua que lanza el propio barco y unas varas muy largas con el aparejo en la punta, el barco comienza a soltar peces de los viveros y cuando consiguen acercar los bonitos, empiezan a lanzar el agua que excita al pescado y disimula el barco para propiciar el engaño y con las varas largas comienzan a pescarlos uno a uno.
El problema es que mientras los profesionales van lanzando al agua carnada viva, por la zona donde teníamos localizados los bancos de listado, el pescado lo acaparan ellos.
Finalmente y gracias a la pericia de Leo, conseguimos una picada multiple con la que todos los embarcados nos divertimos y un poco mas adelante dimos por terminada una salida en la que Manu y yo no solo disfrutamos de la pesca, sino también de la compañía.

Una vez que desembarcamos, nos sorprendió mucho la vida que hay dentro del puerto, doradas, lubinas, viejas y alguna que otra barracuda nos hicieron ir otro día temprano para tentar a estas ultimas con los vinilos, pero únicamente acabamos con un montón de vinilos destrozados por los mordiscos de las barracudas y un feisimo pez lagarto, hasta que el guarda del puerto nos recordó que la pesca estaba prohibida y dimos por terminado el intento.

Los últimos días de las vacaciones no me encontraba demasiado bien, así que dejamos de lado pesca y únicamente nos dedicamos al relax y la familia.

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