miércoles, 15 de junio de 2011

Con vinilos en 2011


Ya son unas cuantas salidas. Eso si, no muchas, y con un inicio muy poco prometedor.
Los dos primeros días únicamente alguna cabra fue pinchada y dos picadas curiosas, de las que nos dejan mosca un rato pensando quien se ha comido el señuelo, que será......

Pero al tercer día, me junte con mi amuleto de la suerte, Pete alias el monstruo de los vinilos, salimos con Roberto, en su barco y la verdad es que desde un principio me encontré muy agusto con el, prácticamente sin conocernos descubrimos rápidamente que padecíamos la misma enfermedad degenerativa “ vinilitis aguda” y eso es algo que une muy rápidamente, junto a nosotros tres, también embarco mi señor padre “el capitán” así que con los cuatro fantásticos abordo, pusimos rumbo a la mar, para coger el amanecer en la zona de pesca.
Aunque parezca un peloteo, tengo que decir que me alucina ver como trabaja en un bajo Pete, es una gran ventaja para pescar con los vinilos, que las derivas sean buenas y cuando este demonio de la pesca se pone a los mandos de un barco, puedes tener la total tranquilidad de que se están haciendo bien las cosas, en esta pesca la pericia del patrón es el 90% del éxito.
Cuando ya teníamos la mitad del sol en la línea del horizonte, se me ocurrió meter un sandeel de savage gear de 65 gramitos en color glow, nada mas lanzarlo y empezar a trabajar con el, le ofreci la caña a Pete.
 Nada mas que agarro la caña y le dio un par de meneos, esta se doblo repentinamente, empezando así una pelea con un pescado no muy grande pero si muy nervioso, al de poco apareció del fondo una preciosa serviolita, un pez que cada día vemos mas en aguas cantabricas, esperemos encontrarnos algún día con una de las gordas.
Seguimos la mañana, y en un momento dado mientras hablaba con Roberto de nuestras extensas colecciones de vinilos me enseño una gomita de la que quede prendado, la sawamura one up shad de 6”, yo la tenia en 5” y la verdad es que no podía meterle pesos importantes. Rober me ofreció una, así que no dude ni un instante en montarla con una cabeza de 40 gr. winner shad de delalande, dicho y echo, en el primer lance, según noto que llegó al fondo, en el primer tirón que le di ya estaba enganchado con un pescado, no tiraba prácticamente nada, solo era un peso muerto, finalmente resulto ser un cabracho muy chulo.

Según avanzaba la mañana, las expectativas de pescar alguna lubina desaparecían lentamente, fuimos tocando marca por marca, sin ningún tipo de resultado, ya con el sol muy en lo alto Pete dijo la frase que mas se escucho esa mañana “cañas arriba, vamos a probar en otra marca”. Mientras recogíamos todos a toda velocidad , a medias aguas la caña de Roberto se paro en seco, y parecía un buen pescado por la picada, en vez de tirar para el fondo subió arriba a pelear, por lo que de inmediato supimos que era lubina, ya cerca del barco nos deleito a todos con unas preciosas arrancadas.
Finalmente Pete metió en la sacadera una lubina de porte y librea preciosa ”la foto que abre esta entrada”.

Después de esto intentamos pescar en mas agua, pero no se produjo ninguna picada mas, ya de regreso a puerto en una marca que pillaba de camino, me paso lo de siempre, un picadon que acaba con medio vinilo arrancado, aun así no puedo negar que lo pase de maravilla y aprovecho la ocasión para agradecerle a Roberto que nos invitara a su barco a mi padre y a mi, que sepas que cuando quieras venir con nosotros, estaremos encantados de que embarques.
 En dos intentos sucesivos, no hemos sacado nada de mención con las gomas, pero como se suele decir a la tercera va la vencida “una regla que parece cumplirse este año con esta modalidad” salí con Juantxo en su barco junto a dos amigos mas, Ubaldo y Gorka, llegamos a la zona de pesca de noche, y nada mas empezar a pescar comenzó un festival de picadas y lubinas, Gorka abrió la mañana con un ejemplar de kilo pasado y poco a poco todos fuimos sacando nuestra ración, por su tamaño soltamos muchos peces, aunque practicablemente todas tenían la medida; algunas por su voracidad tragaban tanto el vinilo que no se podían soltar ya que estaban muy tocadas, cuando decidimos dejarlo teníamos en el cubo 15 lubinas de entre 700 gramos y 1,5 kilos, ciertamente no se clavo ninguna grande pero lo pasamos muy bien, mientras uno manejaba el barco tres pescábamos y así nos estuvimos turnando hasta que paramos.
Después de esto decidimos fondearnos un ratito, y pescamos unos buenos aligotes y mojarras, hasta que las bogas aparecieron por lo que no parábamos de sacar este incomodo pez, así que por esto y porque el amigo Gorka tenia algún pequeño síntoma de mareo dimos por terminada una jornada en la que disfrute de los peces y la compañía, muchas gracias Juantxo!!!!

Continuando con esta costumbre de embarcarme en los barcos de los amigos, esta semana pasada quede con Ander, que ha comprado hace poco una Hidra 22 CC un autentico barcazo, en teoría únicamente quedamos para mirar el equipo y charlar un rato ya que serian las 20:30 pasadas, pero ya se sabe que los pescadores muchas veces nos calentamos, así que salimos disparados a intentarlo, el barco me dejo muy impresionado ya que con una mar de fondo de entorno a 1.5 metros navegábamos a unos 28 nudos sin practicamente dar pantocazos y lo mas increíble no embarcaba ni una gota de agua con la mar de trabes y un viento norte de unos 12-15 nudos aproximadamente.
Llegamos a una zona que prometía, y efectivamente al de poco ya teníamos alguna lubina enganchada, como viene siendo habitual este año la mayoría las soltamos aun teniendo la medida sobradamente, en 45 minutos de pesca sacamos unos 15 peces de los cuales únicamente matamos 4 una de ellas de un tamaño muy majo, siendo el primer día que íbamos juntos a pescar Ander me decía, que estaba alucinando con los vinilos, pero ya me apresure yo a decirle que eso no pasa todos los días.

Disfrutamos mucho los dos, fue una pesca corta pero intensa y lo mas seguro, la primera de muchas que afrontaremos en compañía, un autentico placer pescar al lado de este fenomenal pescador, muchas gracias Ander.

lunes, 30 de mayo de 2011

Un dia pez, otro no.......


Después del 18 de abril, en el que saque la lubina de mis sueños, únicamente he podido ir a pescar desde costa en cuatro ocasiones, la primera y la segunda junto a Jon de“Jonpesca.blogspot.com”, con el objetivo de sacar alguna lubina, el primer día prometía, con la mar bonita, sin algas y la playa para nosotros solos. Al de poco de lanzar, se produjo una picada que no se clavo, pero nos puso las pilas y justo en el repunte de la pleamar, me fijo en una de mis cañas que esta destensada. Según tenso, doy el cachete y noto pescado, pero no demasiado grande, una buena mojarra de tres cuartos de kilo que no se como ha hecho para clavarse el anzuelo destinado a la lubina y que casi no le entra en la boca.
Continuamos la jornada sin que nuestras queridas lubinas dieran la cara hasta que en una de mis cañas veo una preciosa picada, según clavo noto un buen pez y ya con la emoción de sacar una lubina, aparece en la orilla un mojarron de los gordos, que a la postre seria la ultima captura de la noche ya que la lluvia empezó a mojarnos al de poco, decidiendo así recoger y dar por terminado el intento lubinero fallido, el segundo de este año juntos, y como se suele decir que no hay dos sin tres, unos días mas tarde en nuestro tercer intento en pareja del 2011, nos fuimos para casa de vacío, pero esta vez sin tan siquiera una picada en toda la jornada, “pa llorar”.

Como no solo de lubinas vive el pescador de surfcasting, después del desastre personal, de este invierno en mis intentos de pescar alguna dorada, me alíe junto a Manu y Jokin “corrientescantabricas. blogspot.com” para intentar pescar alguna doradita en la playa.
Compramos unos americanos y unas titas., al de poco de llegar una mojarrilla mediokilera se prendió en una de mis cañas, pero después la inactividad de siempre, ni picada ninguno, el aburrimiento me hizo dar un paseito por la orilla de la playa, y justo como si me estuviera esperando, un cangrejo en la orilla., no pude resistirme y lo puse de carnada, algo a lo que también se apuntaron mis compañeros, así que mientras estaba con Jokin buscando por la orilla alguno mas, se produjo el milagro “la picada”.
Con el cebo en cuestión, no hay dudas de lo que tienes prendido del otro lado del sedal, pero en este caso la picada y la forma de pelear no dejaba la mas mínima duda de que era una dorada, hacia tanto tiempo que no sacaba una decente, que se me estaba olvidando lo bonito que es sacar estos peces.
Después de esto mi compañero Manu y yo, hemos intentado pescar otro día mas en la playa pero las algas nos invitaron a que dejásemos a los pocos peces que hay tranquilos.
Así que esto es la pesca para nosotros, altibajos que muchas veces nos dejan temporadas de 15 días sin notar un pez, ya que no podemos ir todo lo que nos gustaría por los compromisos laborales y familiares, aun así el mero echo de estar con un amigo a la orilla del mar siempre compensa el esfuerzo.

lunes, 2 de mayo de 2011

Ocho kilos de alegria


Vaya año, después de un largo mes sin pisar arena harto de la escasez de capturas, decido ir con Manu a por lubinas, nuestra arma secreta, jibia fresca que me han regalado en el náutico de Laredo “ muchas gracias Zali”. Vamos con tiempo por lo que el pesquero lo miramos con detenimiento, incluso le llamo por teléfono a mi amigo Pete, que conoce mejor que yo la playa y elegimos la puesta.
Media marea bajando y nada mas montar, un huracán de oeste que prácticamente ni nos deja pescar, incluso me pasa por la cabeza recoger y marcharnos, pero si algo hemos aprendido en este año tan malo es a sufrir, y milagrosamente cuando anocheció del todo, el viento fue disminuyendo paulatinamente hasta desaparecer.
La mar perfecta, en su punto, únicamente hay algo de alga pero deja pescar, quizás me moleste mas una luna llena que alumbra como un farol, pero unas nubes están por hacernos el favor de taparla casi en todo momento, según baja el agua me voy dando cuenta de mi error y del acierto de mi compañero, mi puesto con olas que rompían fuerte en la orilla incluso salpicando espuma hacia arriba y el suyo a mis ojos se tornaba como el paraíso, con olas tendidas y en el desalojo de una preciosa poza que no vi a media marea. Yo con toda mi ilusión y Manu repitiéndome una y otra vez que esa noche no pescábamos lubinas, a lo que le acabe respondiendo que no es que la fuéramos a pescar, sino que seguro que la sacaba el.
Como me fastidian los adivinos, pero el grito y la risa nerviosa de mi socio esa noche, justo en el repunte de bajamar significaba que había acertado, no puedo decir que no me alegrara incluso mas que si la hubiera sacado yo, seguramente porque Manu llevaba un largo tiempo de gafe con ellas.

El pez precioso, una lubina muy bonita, le dio buena picada y en la orilla batallo bien, además supuso el inicio de una actividad frenética en su puesto, ya que a 50 metros yo ni picada, seguramente los sargos le fastidiarían alguna que otra lubina, pero pincho un par de ellos buenos, uno de kilo pasado y otro de tres cuartos que según desanzuelo lo tiro por donde vino.

Estaba moralmente tocado, pero no se porque recogí las cañas, eche a andar y a unos trescientos metros vi una puesta que me gusto, pero necesitaba agua, no había calado, me toco esperar una hora con las cañas en seco, y finalmente lance en un sitio que estaba realmente a gusto, mientras Manu ya estaba cansado y pensando en plegar y marchar. Cuando fui a cambiar el cebo, me di cuenta de que ya casi no quedaba, así que puse las ultimas tiras de jibia con el máximo mimo e ilusión.
A las tres de la mañana, por fin me di por vencido y comencé a recoger una caña, ya que Manu tenia las dos desmontadas, pero mientras desmontaba el carrete me pareció oír algo parecido a un silbido, fue entonces cuando se me ocurrió mirar la otra caña y comprobar que estaba totalmente en escuadra.
El corazón se me puso a mil por hora, la picada era brutal, salí corriendo puse la mano frenando la bobina y clave, tras lo cual el pez continuo unos 10 eternos segundos sacando hilo, tras eso me tranquilice ya que mi primera idea fue una gran raya al otro lado del hilo.
 Cuando ya llevaba aproximadamente unas treinta o cuarenta vueltas de manivela arrastrando un peso muerto enorme, otra tremenda arrancada que me sorprendió y ya mas cerca de la orilla empezaron unas potentes cabezadas que me hacían pensar en un pez de tamaño importante, descartando la idea de la raya.

Me aleje de la orilla unos 15 metros, ya que en el nudo de la cola de rata se quedaban algas y muchas veces se atascan en la anilla de la puntera no dejándote recoger línea, notando las cabezadas del pez al que prácticamente notaba vencido, pero llegaba un momento que me resultaba imposible recuperar línea, después de un rato que se me hizo interminable, decidí encender la linterna frontal y entonces vi entre las olitas de la orilla, una boca abierta descomunal y la cola del pez mayor que he visto en la playa, comprendiendo que no podía recuperar línea porque se varaba en unos 25 cm. de agua.

La primera reacción fue gritarle a mi compañero pidiendo ayuda, pero la distancia y las olas me hicieron desistir pronto, entonces opte por el sprin hacia el pescado, con tan mala suerte que según llegaba entro una ola, pero entre la espuma intuí las ondulaciones en el agua de un pez nadando, metí rápidamente la mano y lo agarre por las agallas.
Según se retiraba la espuma de la ola, empece a percatarme de su tamaño, la anchura del animal de prácticamente palmo y medio me dejo impresionado.

Cuando mi compañero Manu llego, le espere de rodillas, con la caña en una mano y la lubina en la otra, el gesto de su cara lo decía todo, no recuerdo bien lo que le dije en ese momento pero justo después lo que le comente es que me temblaban las piernas.

Se había terminado el día de pesca, en el morral Manu y yo teníamos unos 12 kilos de pescado en tres peces, seguramente recordaremos mucho tiempo esa noche, lo único que verdaderamente lo podría haber mejorado es que nos hubiera acompañado nuestro amigo Juan Urrutia “Marrajo” al que tenemos pachucho y le deseamos una pronta recuperación, va por ti compañero.......

lubina: 8 kg y 92 cm.
Caña: Daiwa tournament caster 4,25 30
Carrete: Daiwa tournament basia air 45 QD
Linea carrete: 0.26 sakuma nite cristal
Bajo de linea: 2 m. de seaguar fxr de 0.40 y anzuelo sasame superx del 6/0


miércoles, 20 de abril de 2011

Un comienzo de año complicado


Entre enero y marzo, la pesca para mi ha sido complicada, en el primer día pesque una doradita y después de 6 intentos en los que he visto sacar buenas doradas "una de ellas a Manu" únicamente he podido llevar a casa algún salmonete .

 Ya en el octavo día de pesca a punto de mandar a las doradas desde costa al carajo, parece que se apiadaron de mi, capturando mi segunda doradita del año y mi compañero esa tarde, Nacho, en el ultimo lance se vio recompensado con un gran sargo.

También he intentado un par de veces, capturar alguna lubina de porte, el primer día junto a Manu y Jokin "corrientescantabricas" en la que únicamente un rodaballito se trago un sardinon que preparo Manu, el segundo día junto a Jon "jonpesca" ni rastro de ellas.

Finalmente, cansado de sacar con la caña poco o nada, quede con Jokin para tentar a algún sargo majo, ya que ahora es buena época para ellos y ciertamente aunque no sea en la cantidad que los he llegado a sacar en la playa en cuestión, nos fuimos para casa con un gran ejemplar cada uno"los de la foto del inico de la entrada", a parte de unos cuantos peces mas que amenizaron la jornada.

Espero que este invierno tan duro, en lo que a capturas se refiere, de paso a una primavera de grandes capturas, ya que siempre fue una de mis fechas favoritas para pescar en la playa.

lunes, 14 de febrero de 2011

Noche de perros con final feliz

 
Vaya nochecita, nos bajamos del coche Joseba y yo, y entre risas le comentaba "estamos locos, has visto como llueve", y me contestó, "me da igual, yo voy a pescar". Mientras se cambiaba y se ponía el vadeador yo miraba hacia un lado y hacia otro de la playa y le dije: "no ves que no hay nadie", y él de nuevo me contestó "que te he dicho que yo voy a pescar". Bueno bueno, pues nada, nos preparamos para pasar una noche de perros, montamos las cañas y a pescar.
Al rato se veían luces sospechosas a lo largo del pesquero. ¡¡ Había más locos como nosotros pescando!! Menos mal, ya estaba más tranquilo, no éramos nosotros los únicos flipados.
Al poco tiempo Joseba ya tenía un salmonete de buen porte en la cesta, y yo después de cebar varias veces mis cañas sin resultado alguno y cansado ya, me dispuse a preparar un buen mazacote de gusanas en el anzuelo, (os describo la situación), la pica estaba clavada en la arena con 20cm de agua, este lado de la playa en el que pescábamos, tiene unos cuantos metros con poca profundidad y después un escalón. Bueno, al lío, encarno el anzuelo con una pelota de gusanas y unas cuantas vueltas de licra, lanzo y coloco la caña en la pica, tenso y suelto un poco el freno, recojo la otra y preparo otra pelota de gusanas, y de nuevo la misma operación y cuando termino, miro por el rabillo del ojo hacia la otra caña ¡¡pero dónde esta!! me dirijo hacia ella, y veo que el luminoso esta flotando, enfoco a la pica y no estaba, miro de nuevo hacia el luminoso y ¡¡COÑO!! la caña estaba flotando en el agua, la cojo y veo que la línea estaba destensada, doy unas cuantas vueltas de manivela y pego un tirón, la vara se dobla y empieza a sacar línea y grito "Joseba tengo algo gordo" cierro un poco el freno y a trabajar el pez, poco a poco lo estaba consiguiendo y ya cerca de la orilla viendo la hermosísima dorada de lado y dando los últimos coletazos de la muerte "PLAS" se rompe todo, y grito ¡noooooooooooo!, y salgo corriendo hacia ella y veo como se va alejando con un pañuelo en su aleta diciéndome adiós. Después de exclamar varias barbaridades y dar varias patadas al agua, me puse con la linterna a enfocar hacia el agua y hay estaba la prueba del delito, una pequeña piedra sumergida con muchas aristas y pequeños mejillones, la cual en bajamar apareció, cual grano en la punta de la lengua ahí jodiendo, ya que estaba ella sola y tenía que tocar justo en mi puesto de pesca. Me puse a imaginar cómo tuvo que ser la picada para tirarme la caña al agua, en fin, vamos a dejarlo.
Al poco apareció por nuestra zona de pesca un amíguete, Jon, del blog Jonpesca, y nos dijo que había oído los gritos a lo lejos y le conté la batallita. Él nos dijo que también le había roto otro pez el aparejo, y nos estuvo comentando a Joseba y a mí que a ver cuando quedábamos para ir a Francia, a las "Landas" de excursión a pescar. Nosotros desde aquí lo tenemos a una hora u hora y media. Le dijimos que era una buena idea que un día de estos quedábamos.
Pasado un rato y cuando el agua ya está empezando a tirar para arriba, noté una picada en una de las cañas, me dirigí hacia ella y de nuevo otra vez pescado; cogí la caña cerré freno y tirón con su correspondiente doblada, solté un poco el freno y a disfrutar, pero cuando ya se encontraba cerca de la orilla esta vez me metí dentro del agua porque tenía pánico a perderla y por fin, después de luchar un poco con ella, aquí os presento esta preciosa dorada.
Después de esta captura nos animamos un poco y continuamos con la faena. Y después de un par de horas más sin picadas, calados hasta los huesos recogimos los bártulos y para casa.

martes, 8 de febrero de 2011

A la tercera va la vencida


Este año 2011 la cosa no es que haya empezado del todo bien en lo que a surfcasting se refiere, después de dos salidas de pesca a las doradas con un triste salmonete como resultado “sin desmerecer el salmonete” pero con el objetivo principal sin cumplir.
Esa noche, con la mar como un plato y el cielo estrellado, una brisa del norte no me dejaba estar todo lo cómodo que yo quisiera, ya que al encarnar el cebo los dedos de las manos se me estaban congelando. En muchas ocasiones te asomas al pesquero y dices "la playa hoy esta de lubina o esta de doradas", pues yo pensé que la playa estaba de dorada, y según iba pasando la noche me iba desanimando cada vez mas ya que las cañas ni se movían, el cebo desaparecía del anzuelo “morralla seguro” y después de tres horas, ya no me quedaban muchas esperanzas. Encarne la penúltima gusana, lance y acto seguido hice lo mismo con la otra caña poniendo la ultima, después de un buen rato me acerque a la primera caña que había cebado, porque note unos ligeros toques en la puntera, cogí la caña cerré freno y cachetada, repentinamente se doblo como si al otro lado del sedal estuviera lo que yo estaba esperando, solté el freno un poco y a trabajar el pescado que es a lo que había ido, esa sensación, que no hace falta que describa al que es pescador, ya se me estaba olvidando. Lentamente fui acercando el pez a la orilla y como siempre, ya cerca y con poca agua presento batalla “momento en el que el miedo de perderla apareció”. Finalmente la conseguí sacar del agua, era esta bonita dorada de la foto, la desanzuele y seguido recogí caña y carrete, ya que no me quedaba mas cebo. Cuando fui a recoger la otra caña, la linea estaba totalmente destensada, cerré freno para recuperar sedal hasta notar la tensión de la línea y di un tirón fuerte, de nuevo combate, estaba alucinado y pensando en voz alta que ya no me queda mas cebo, después de unos instantes de lucha deje de notar tensión y recogí a toda velocidad, ya que quería saber que había pasado. Seguramente se había desanzuelado ya que el aparejo no se había roto, muchas veces las doradas no comen bien.
Finalmente recogí esta segunda y ultima caña y contento para casa, que por lo menos había tocado escama.