La tormenta de la tarde anterior no nos amedrento, por lo que el Juantxipeces salió en busca de las doradas, embarcados Juantxo y yo mismo pero con un guía de excepción Miguel, que con un cangrejo en la mano tiene mas peligro que un mono con pistolas.
Se pescaron dos puestas, en función de los puntos de marea y en las dos acertamos, el pescado hizo acto de presencia, muchas picadas pero pocas clavadas, no entraban francas al cambaro, se embarcaron estas tres pero otra mas de buen porte nos partió viéndola.
Buena compañía, buena cena “Miguel no solo es un crack pescando, sus bocatas son espectaculares” y unos buenos peces, no se puede pedir mas.